La historia de Gabriel Fernández, el niño de 8 años que fue brutalmente asesinado el 24 de mayo de 2013 por su madre y su padrastro, es uno de los casos de maltrato infantil que más ha conmocionado al país. Gabriel murió en el hospital después de sufrir abusos durante meses en sus manos.
Ahora, el caso vuelve a salir a la luz gracias a la nueva serie documental de Netflix, “The Trials of Gabriel Fernandez”. El programa describe las circunstancias que llevaron a la muerte de Gabriel, así como las fallas del Departamento de Servicios para Niños y Familias (DCFS) para evitar que esto sucediera.
Los detalles de este caso de asesinato son horribles y pueden ser difíciles de ver para los espectadores del programa.
Netflix ha lanzado muchos documentales y series de crímenes verdaderos, pero este puede ser el más inquietante y trágico hasta el momento.
Pearl Fernández, la madre de Gabriel, llamó al 911 el 22 de mayo de 2013 para informar que su hijo se había golpeado la cabeza y no estaba respirando. Sin embargo, los paramédicos se sorprendieron cuando llegaron a su casa, porque parecía haber mucho más en la historia.
CBS informó que después de la muerte del niño y durante el juicio, los paramédicos explicaron que lo encontraron desnudo, con las costillas destrozadas, el cráneo fracturado y le habían clavado balas de pistola de balines en la piel.
Gabriel Fernández fue declarado con muerte cerebral y murió dos días después en el hospital.
El vicefiscal de distrito, Jonathan Hatami dijo a un gran jurado que el novio de Pearl Fernández, Isauro Aguirre “se deleitó con su brutalización, obligando a Gabriel a comer excrementos de gato y su propio vómito. El niño dormía en un pequeño gabinete, con los tobillos esposados, las manos atadas y la boca amordazada con un calcetín”, todo esto porque Aguirre creía que el niño era homosexual, dijeron los fiscales.
Durante el juicio sobre el caso en 2017, el patólogo responsable de la autopsia, el Dr. James Ribe, dijo que había tantas lesiones en el cuerpo de Gabriel, que la autopsia tomó dos días completos. La autopsia concluyó que la causa de la muerte se debió a un trauma de fuerza contundente, agravado por la desnutrición y la negligencia.
El juez durante el juicio estaba tan horrorizado como todos los demás, diciendo que “No hace falta decir que la conducta fue horrible, inhumana y nada menos que malvada”. El juez de la Corte Superior George G. Lomeli dijo que “es inimaginable el dolor que probablemente haya sufrido este niño”.
El juez dijo durante la sentencia: “Solo puedo desear, de veras, que los dos estén despiertos en medio de la noche y piensen en las heridas que sufrió este pobre niño, este pobre niño de 7 años y que eso los torture”.
Aunque Gabriel Fernández fue asesinado en mayo de 2013, los juicios no concluyeron hasta junio de 2018. Pearl Fernández, de 34 años en ese momento, y Aguirre, de 37 años, fueron condenados por asesinato en primer grado. Pearl recibió una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, y Aguirre recibió la pena de muerte.
Hay otro aspecto de este caso que explora la serie de Netflix, y son los cuatro trabajadores sociales que también fueron acusados de abuso infantil. La serie de Netflix explora en su conjunto las fallas del sistema al notar y no reaccionar ante el abuso de un niño pequeño, y se hace la pregunta de cómo se permitió que esto sucediera.
NBC descubrió que entre el 2003 y el 2012, se presentaron más de 60 quejas contra Pearl Fernández y Aguirre ante el Departamento de Servicios para Niños y Familias. Se llevaron a cabo ocho investigaciones para investigar a la familia, pero no se hizo nada más. El juicio por asesinato de Gabriel Fernández también fue una lucha contra este sistema y los cuatro trabajadores sociales fueron acusados de incumplir su deber de proteger a Gabriel.
Como resultado de esta batalla, dos trabajadores sociales y sus supervisores fueron acusados de abuso infantil y falsificación de registros públicos, según informó LA Times. Los trabajadores sociales Stefanie Rodríguez, de 34 años en ese momento, Patricia Clement, que tenía 69 años y los supervisores Kevin Bom, de 40 años, y Gregory Merritt, de 64 años, fueron acusados.
Hace unas semanas, en enero de 2020, todos los cargos fueron desestimados por el Tribunal de Apelaciones del 2. Distrito, y el juez Francis Rothschild dictaminó que “concluimos que los peticionarios nunca tuvieron el deber requerido de controlar a los abusadores y no tenían el cuidado ni la custodia de Gabriel”.
Gabriel Fernández nació en 2005 de Pearl Fernández. Desde finales de 2005 hasta 2012, el niño vivió con sus abuelos maternos. Los registros judiciales muestran que en octubre de 2012, Gabriel se fue a vivir con su madre Pearl, su novio Isauro Aguirre, a quien se conoce como “Tony”, y los otros dos hijos de Pearl, de 11 y 9 años. Gabriel comenzó a asistir a la Escuela Primaria Summerwind.
En una llorosa entrevista con ABC7, el abuelo de Gabriel, Robert Fernández, compartió que él y su esposa Sandra tenían la custodia de Gabriel, pero Pearl y Aguirre se habían llevado al niño en 2012. Dijo que habían criado a los tres niños, pero Ezequiel y Virginia fueron a viví con Pearl en 2009, mientras que Gabriel se quedó con ellos.
ABC7 informó que en el estrado, Robert Fernández estaba conmocionado, explicando que solo vio a Gabriel una o dos veces antes de su muerte. Él habló sobre una de sus últimas conversaciones, diciendo: “Dijo que quería volver a casa. Le dije que … el DCFS estaba investigando el caso y no pude llevarlo a casa, pero que, uno de estos días, lo iban a llevar a casa. Y se lo prometí a él”.