Jan-Michael Vincent, el actor que en la década de los 80’ se robó más de un suspiro entre las féminas con su galanura y al que muchos niños y jovencitos querían imitar por su valentía y osadía interpretando al piloto Stringfellow Hawke , falleció a la edad de 73 años.
El actor murió el pasado 10 de febrero tras sufrir un paro cardiaco en un hospital del estado de Carolina del Norte, pero sus familiares prefirieron mantenerlo bajo estricta privacidad, hasta que este viernes salió a la luz la triste noticia, según lo dio a conocer el sitio TMZ.
TMZ se enteró del fallecimiento del galán de la pantalla chica de los 80, luego de que encontraran la partida de defunción en unos documentos públicos, en los que además se afirmó que al cuerpo del actor no se le realizó autopsia y luego fue cremado.
El actor había nacido en Denver, Colorado en 1945 y aunque comenzó a hacer sus pininos en el mundo de la televisión desde los años 60’ en series como “Lassie”, “Bonanza” y “Gunsmoke”, fue su personaje como piloto del helicóptero en “Airwolf” lo que lo catapultó a la fama.
Su enorme talento lo llevó a que en 1971 fuera nominado a un Golden Globe por su película “Going Home” y más tarde, en 1984, recibió otra nominación por su trabajo en la serie “Vientos de guerra”.
La estrella de “Lobo del aire” se convirtió de lejos, en el actor del momento, hasta el punto de que en los años dorados de la serie de television de CBS fue el histrión mejor pagado de toda la pantalla chica, facturando la nada despreciable suma de $200 mil dólares por capítulo.
El último trabajo de Jan-Michael fue en el 2002, con la película “White Boy” y dentro de su título de créditos del séptimo arte se encuentran también “Hooper”, donde trabajó con Burt Reynolds in 1978 y “Hard Country”, película de 1981 que hizo con la bellísima actriz Kim Basinger.
Pero más allá de su exitosa carrera, a nivel personal el actor enfrentó muchas batallas, especialmente por su adicción a las drogas y en el 2012 fue víctima de una severa infección que obligó a los doctores a que le amputaran su pierna derecha.
Incluso en una reciente entrevista con el periódico National Enquirer, el actor abrió su corazón y confesó que estar vivo pese a sus abusos era casi un milagro.
“Soy un alcohólico. Pero soy yo. Tengo mi personalidad y no me comporto como un alcohólico (…) Ahora miro todo esto y creo que no tengo nada de qué enojarme… porque cuando pienso en lo que nuestros militares estadounidenses han pasado… ellos son los verdaderos héroes”, dijo en aquel momento el actor, quien tuvo una carrera que pasó del cielo a la tierra en su mejor momento.