El jueves pasado se llevó a cabo una nueva entrega de los codiciados premios Latin Grammy en la ciudad de Las Vegas, donde desfilaron decenas de famosos por la alfombra. Y aunque figuras como Ricky Martin, Alejandro Fernández, Clarissa Molina, Francisca Lachapel y muchas más, brillaron en el famoso evento, el show se lo robó un chiquitín de apenas 4 años.
Con una actitud impresionante, y dejando ver que está educado por personajes que saben cómo funciona el mundo de la televisión, Mateo Marrero, el hijito de Alejandra Espinoza y el coreógrafo Aníbal Marrero fue de lejos el protagonista de la alfombra.
El niño lució precioso en un diminuto traje elegido con mucha propiedad y desfilado con mucho estilo, mientras acompañaba a su famosa mami.
Más tarde la conductora de televisión compartió una bella fotografía junto al chiquillo, en la que aseguró sentirse muy emocionada de haber elegido semejante parejo para la velada.
“Eres mi party y mi after party“, escribió la mexicana, quien lució espectacular en un atuendo con el que lució como una diva de Hollywood.
“Gracias a mi familia de @aveenous por ayudarme a cuidar mi piel y hacer este look posible que era “all about the glow” Gracias también a mi glam squad por sacarme de mi zona de comfort. @christian_ramireztv @ashlyshands @makeupbyade @kikefloresphoto”, fue el comentario con el que la exreina acompañó su publicación.
Alejandra ganó el concurso Nuestra Belleza Latina en 2007, que no solo la lanzó al estrellato sino que además la hizo convertirse en un modelo a seguir por las televidentes, quienes adoran esa imagen de seguridad que suele transmitir, aunque no siempre fue así.
La bella mexicana confesó a través de un video compartido en Youtube en mayo, que desde que era una adolescente empezó a tener problemas de autoestima, por cuenta del tamaño de sus senos, lo que le generó muchas inseguridades.
“A los 16 años empecé a desarrollarme de adelante y yo no estaba como que muy contenta al respecto. Y eso fue algo muy personal porque todas mis hermanas son de bubis grandes y a todas les encantan, pero a mí nunca me gustaron. No me gustaba para nada, siempre andaba como que en camiseta, no me gustaba como que enseñarlas mucho, no me podía poner mucha ropa que quería. Yo siempre he sido súper atleta, a mí siempre me ha gustado hacer ejercicio, yo jugaba fútbol cuando estaba en la escuela. Y eso era un limitante… el punto es que nunca me gustaron, nunca me sentí cómoda”, se sinceró la exreina de belleza, quien agregó que incluso cuando participó en NBL tenía ese “trauma”.
“Todas tenían vestidos bien bonitos. Si se dan cuenta y se ponen a ver mi vestido de la coronación, era el vestido menos bonito, porque me quedaba grande y como que no me hormaba bonito de las bubis. Yo creo que si yo hubiera tenido las bubis arregladas para Nuestra belleza Latina, hubiese estado 100 por ciento más segura de mí”, confesó la conductora de televisión, agregando que solo cuando se operó para reducir el tamaño, se sintió mejor.
“En cuanto empecé a ganar un poquito más y junté el dinero me operé, es bien cara la cirugía, porque mi cirugía no fue de poner implantes y ahí vas, mi cirugía era una cirugía reconstructiva, o sea, que había que cortar, había que hacer un desastre. Yo no quería que me pusieran implantes, pero entonces el doctor me dijo que era casi obligatorio ponerte implantes porque si no te queda ahí todo raro. Le dije que no quería bubis, que lo menos que me pudiese dejar”, explicó la mexicana, al tiempo que dijo que al principio las cosas no salieron bien.
“Yo me acuerdo que yo salí de ahí histérica, llorando con Anibal y le dije: ‘no, pero si yo pagué por algo y yo quería algo, pero por qué… Me volvieron a operar, me vuelve a operar el doctor y me las quitó ahora sí. Me sacó todo lo que pudo. Me puso lo menos que se puede poner. El implante más pequeño que existe del universo lo tenía”, dijo la animadora, de 32 años, confesando que no falta quien le hace comentarios desagradables, pero no le importa, porque la “pesadilla” de sus senos grandes terminó y eso la hace muy feliz.
“Me critican un montón, que si parezco una tabla y yo soy la mujer más feliz del mundo, a mí no me importa. Cuando me dicen que no tengo nada de bubis, me da igual, si me las quité por gusto, no tengo porque no quiero, no porque no tenía. Para mí vestirme es mucho más fácil ahora”, concluyó la exreina.