El amor de madre es excepcional, pues siempre encontraremos en ellas amor y cobijo en cualquier momento, sobre todo en los momentos más difíciles. Porque una madre implica amor incondicional, sabiduría, responsabilidad y un sin número de virtudes y sacrificios, a ellas en este día unas letras inspiradoras contenidas en unos bellos poemas, para que como su niño o su niña del alma, así seas grande, se los compartas y le expreses que ella es y será hasta el infinito el único y mas sincero amor de tu vida.
Poemas para dedicarle a mamá
“Enseñarás”: de la madre Teresa de Calcuta:
“Enseñarás a volar…
pero no volarán tu vuelo
,
Enseñarás a soñar…
pero no soñarán tus sueños,
Enseñarás a vivir…
pero no vivirán tu vida
,
Enseñarás a cantar…
pero no cantarán tu canción,
Enseñarás a pensar…
pero no pensarán como tú
,
Pero sabrás
que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen,
¡Estará en ellos la semilla
del camino enseñado y aprendido!”
“Dulzura”, de Gabriela Mistral:
“Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas,
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo;
deja revolverlo
sobre tu regazo,
Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío:
y en tus brazos locos
tenme suspendido,
Madrecita mía,
todito mi mundo
déjame decirte
los cariños sumos”.
“Poema para una futura mamá” – anónimo:
“El milagro de la vida
se está produciendo en tu cuerpo.
El milagro de tu cuerpo
gestando no deja de sorprenderte.
Cada instante de estos nueve meses son un milagro.
El momento en que conozcas ese milagro,
será, sin dudas, el momento de tu vida.
Ese momento que todos anhelamos.
Ese momento de la felicidad perfecta.
Tu cuerpo es ahora el hogar de tu bebé.
Ese cuerpo se preparó
desde tu propia gestación
para este momento.
Cada una de las células de tu cuerpo
sabe lo que debe hacer.
Tú sólo debes cuidarlas y escucharlas.
No temas pedir ayuda,
no temas decir no sé, no temas decir tengo miedo,
no temas decir no voy a poder,
porque desde tu seno
escucharás la voz de tu hijo
diciendo: los dos vamos a poder.
Y cuando sientas la tibieza
de su cuerpecito en tu pecho,
el milagro de la vida habrá concluido
para dar comienzo al
milagro de ser madre.
Mi regalo para mamá:
“Le regalo a mi mamá
una sonrisa de plata
que es la que alumbra mi cara
cuando la noche me tapa,
Le regalo a mi mamá
una caperuza roja
por contarme tantas veces
el cuento que se me antoja,
Le regalo a mi mamá
una colonia fresquita
por no soltarme la mano
cuando me duele la tripita,
Le regalo a mi mamá
una armadura amarilla
que la proteja del monstruo
que espanta en mis pesadillas,
Le regalo a mi mamá
el lenguaje de los duendes
por entender lo que digo
cuando nadie más lo entiende,
Le regalo a mi mamá
una chistera de mago
en la que quepan mis besos
envueltos para regalo”.
¡Madre tú eres la mejor!:
“Madre, tú eres la dulzura,
tus manos son la ternura,
que nos brinda protección.
Es la sonrisa tu esencia,
que marca la diferencia
al entregarnos amor.
Nos entibia tu mirada
y la paciencia es tu aliada,
esforzada en tu labor.
¡Tantas noches de desvelo!
tanta lágrima y pañuelo
¡para darnos lo mejor!
Tantas horas dedicadas
con sonrisas dibujadas
para hamacar mi soñar.
Entre besos, entre abrazos
fuiste creando los lazos
porque tú eres ejemplar.
Quiero agradecerte
que estés en mi vida.
Sé que puedo contar contigo
en momentos difíciles
Sé que puedo compartir mis alegrías,
y sé que nuestra amistad
se sustenta en mutuo amor.
Que seas mi madre y mi amiga
es el más preciado tesoro,
¡Feliz día de la madre!”
Madre de infinito amor:
Que impusiste tu valor
Con gran sentimiento
Desde mi bello nacimiento.
Recuerdo tus lindos cuentos
De tu voz tus bellos cantos
Con los que me hacías dormir de niña
En tu sedoso corpiño.
Mi vida sin tu presencia
Es sentimiento sin existencia
Ya no es alegría, ni canto
Es solo tristeza y llanto.
Madre bella y adorada
Siento la luz de tu mirada
Como una sagrada bendición.
Pido al Todopoderoso
Por este pasado doloroso
Me dé fortaleza y comprensión
Ante tu partida inesperada”.
Cómo no quererte mamá:
“Cómo no quererte,
si eres la razón de mi existencia
Cómo no quererte
si me guías en camino justo.
Cómo no quererte
que aprendí de tus consejos.
Cómo no quererte
si diste toda tu vida por mi
Cómo no quererte
si tú eres la más grande para mi
Cómo no quererte
sí de tu bello interior
me supiste cuidar y amar
Cómo no decir
que eres mi adoración
Cómo no entregar
todo mi amor de hija a ti”.
Poema sobre las lecciones de las madres:
Una madre te ha enseñado a ser la persona que eres en la actualidad, y por eso debes agradecerle todo. María Teresa de Calcuta te ayuda con este precioso poema.
“Quién volviese a tener…
¡Quién volviese a tener, para que nos cubriera,
una madre de noche, los párpados febriles,
quién un rozar de labios en la frente sintiera
despejando el fantasma de temores pueriles!
¡Quién tuviese, otra vez, sobre la cabecera
un rostro de ternura en pálidos marfiles
y quién bajo una mano que al fin nos bendijera
sintiese disipar las penas infantiles!
Habría que tornar a la distante infancia
a los antiguos días de los alegres años,
esos tiempos de ayer en los que la fragancia
era toda de miel, bálsamo y ambrosía,
en los cuales la cura de los mayores daños
se lograba con solo tu beso, madre mía”.
¿Qué es una madre?-Preguntó el Principito. ¿ No sabes que es una madre?
“Una madre es una persona que abraza y cuida a diario a sus hijos.
No importa si nacieron de ella o llegaron de otro lugar.
Que los ama por encima de todas las cosas, los acompaña, sueña con ellos.
Una madre tiene dos manos que parecen muchas, cada una para algo distinto.
Una para sujetar tu mano y caminar juntos.
Una para secar lágrimas, otra para ayudar a saltar.
Una para acariciar.
Una para sostener.
Una para hacer cosquillas.
Una que cura, otra que te coloca el pelo detrás de la oreja.
Una que roza la frente y sabe que la fiebre ha llegado, una que conoce todos los recovecos de tu rostro cuando duermes.
La que enseña a sujetar el tenedor al comer.
La que ata los cordones de los zapatos…
Una madre tiene dos piernas, fuertes, como ella, para correr a tu lado cuando crezcas.
Para seguir corriendo a tu lado cuando huyas.
Las madres son fuertes para sostenerte cuando caigas, duras, para levantarse cada vez que tu dolor le hunda.
Para enfrentarse al mundo e iniciar una guerra cada vez que te ofendan.
Porque no hay mayor patria que un hijo.
Las madres son duras para soportar el dolor, la angustia y el agotamiento.
Y sin embargo se deshacen moribundas porque no soportan tu dolor, tu angustia, tu agotamiento…
Son capaces de saltar muy alto, tanto como altura tengan los obstáculos que encuentres en el camino.
Son poderosas cuando necesitan romper las barreras que encuentran sus hijos en la vida.
Rápidas como el viento para estar siempre en la meta a tu lado.
Flexibles hasta la ruptura para entenderte y amoldarse a tus necesidades, incansables.
Y sin embargo pierden la fuerza y son suaves cuando arropan en la cama.
Te abrazan con ternura cuando te gana la vida.
Te sonríen con dulzura cuando necesitas luz.
Lloran contigo cuando no ves salida…
Las madres son valientes como guerreros y cuando se apaga el día se deshacen y se convierten en pequeñas y miedosas, porque no hay mayor miedo que temer por ti, porque nada empequeñece tanto como perderte.
Una madre es todo, todo lo que necesites.
Una madre es nada, nada sin ti”.