Miércoles de Ceniza 2023: ¿Qué pasa después de este día?

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Ash Wednesday marks the Christian period of Lent, prior to the Holy Week. / AFP PHOTO / Luis ROBAYO (Photo credit should read LUIS ROBAYO/AFP via Getty Images)

Cuando la iglesia de Dios celebre el Miércoles de Ceniza hoy 22 de febrero de 2023, a partir de esta fecha se empiezan a contabilizar 40 días denominados tiempo de Cuaresma, para que los fieles católicos y cristianos se preparen a recibir la Semana de Pasión y muerte de Jesús y vivir en el domingo de resurrección la Pascua del Señor de una manera renovada.

En el tiempo de Cuaresma se rememoran los días que Jesús pasó en el desierto llevando su proceso de reflexión, oración, de penitencia y de ayuno.

De hecho de acuerdo con Catholic, dentro de poco, al recibir la ceniza en nuestra cabeza, volveremos a escuchar una clara invitación a la conversión, que puede expresarse con dos fórmulas distintas: “Convertíos y creed el Evangelio” o “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”.

Precisamente por la riqueza de los símbolos y de los textos bíblicos y litúrgicos, el Miércoles de Ceniza se considera la “puerta” de la Cuaresma. En efecto, esta liturgia y los gestos que la caracterizan forman un conjunto que anticipa de modo sintético la fisonomía misma de todo el período cuaresmal.

Los tres ejes centrales de la cuaresma

El ayuno y la abstinencia: Está definida como una doctrina espiritual asociada al arrepentimiento, a mantenerse alejado del pecado y de las tentaciones, es un llamado a la conversión para reencontrar el camino de Dios y de su hijo de una manera renovada.

El sacerdote, escritor y funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Monseñor Florian Kolfhaus, explica en ACI Prensa, que el ayuno “no se trata solo de lo que se refiere a la comida”, sino también de “la renuncia de la televisión, celular y radio, a dejar de usar el auto privado para subirnos al transporte público”.

Pero indica que no obstante, abstenerse de alimentos tiene un “significado especial” en la Sagrada Escritura. “Jesús mismo ayunó 40 días en el desierto hasta sentir hambre. Tampoco nosotros deberíamos asustarnos con la Cuaresma, con el sentir hambre, pues a través de este ofrecimiento, tal como promete el Señor, podemos hacer que nuestra oración produzca muchos más frutos”, detalló.

La oración: La oración es la fuerza del cristiano y de cada persona creyente.

Con la oración cada creyente se hace menos débil y frágil. La oración permite el dialogo abierto y de confianza con Dios, y su iglesia. El portal Librerias, publica que ante tantas heridas que nos hacen mal y que nos podrían endurecer el corazón, estamos llamados a zambullirnos en el mar de la oración, que es el mar del amor ilimitado de Dios, para gustar su ternura.

La Cuaresma es tiempo de oración, de una oración más intensa, más tiempo de oración, más asidua, más capaz de hacerse cargo de las necesidades de los hermanos, oración de intercesión, para interceder ante Dios por tantas situaciones de pobreza y de sufrimiento.

La limosna: La limosna es un acto de confraternidad con el hermano que necesita que le demos una mano de ayuda. Jesús mismo nos enseñó a compartir lo poco que se tenía con los más pobres y necesitados.

Todos queremos ser “buenos samaritanos”. Al ver a nuestro hermano o hermana sufriendo, queremos solidarizarnos con su dolor. Queremos ayudarles. La limosna es dar de corazón. Es dar de lo que tenemos; es compartir nuestro pan.

Y eso fue lo que hizo el buen samaritano de la parábola. Cuando se va, le da al posadero unas pocas monedas y le dice: “Cuídalo. Si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta”. El samaritano da libremente y de todo corazón, sin reservas ni condiciones, de acuerdo con CRS Plato de Arroz.

Este 2023, El tiempo de Cuaresma comienza el miércoles 22 de febrero, y terminará el Jueves Santo 6 de abril. No olvides vivirla en todas sus dimensiones, como buen cristiano.

La Cuaresma nos llega como un momento providencial para cambiar ruta, para recuperar la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal que siempre nos desafía. La Cuaresma se debe vivir como tiempo de conversión, de renovación personal y comunitaria a través del acercamiento a Dios y de la adhesión confiada al Evangelio.

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