Getty Images
El Miércoles de Ceniza que este año se celebra el 17 de febrero, demarca un nuevo camino hacia la cuaresma, preparando a la comunidad cristiana hacia un destino seguro: la Pascua de la Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte.
En ese camino recibimos este día la ceniza de la cruz en la frente, a la vez que se escuchan las palabras del apóstol de Cristo en la tierra: “Polvo eres y en polvo te convertirás”; “arrepiéntete y cree en el evangelio”.
¿Pero cuál es el significado de la cruz en la frente?
El Miércoles de Ceniza, remonta sus orígenes en la tradición del pueblo judío de tomar cenizas para cubrir su cuerpo, y demostrar un intento de acercamiento con Dios. Para este pueblo, la ceniza era un símbolo que representaba la fugacidad de la vida y el arrepentimiento de los pecados. Mas tarde esta costumbre fue adoptada por los cristianos, y con el tiempo fue cambiando, hasta llegar a la celebración actual de imponer por parte de los sacerdotes y ministros de Dios una cruz en la frente hecha de cenizas obtenidas de la quema de palmas y olivos, que se mezclan con agua bendita y óleo de crisma.
Dentro de la tradición bíblica el elemento de la ceniza hace referencia a un sentimiento de humildad, particularmente delante de Dios, por tanto, cubrir la cabeza con ceniza era un signo externo de la actitud y los sentimientos de quien reconociendo su indignidad delante de Dios, manifiesta su arrepentimiento, según el CEM.
Así, la cruz de la ceniza le recuerda al cristiano su origen y su fin, y que la vida terrenal es temporal. Por esa razón, cuando los feligreses acuden a las iglesias para que les sea impuesta, lo hacen con el propósito de realizar un análisis de conciencia en cuanto a la vida, la religión, y el arrepentimiento, para así llegar “purificados” al Domingo de Pascua o de Resurrección.
El sentido de imponer la cruz de la ceniza en la frente es anunciar a cada uno de los feligreses que la recibe, que se inicia el periodo de la cuaresma, y que con ella llega el tiempo de oración, de penitencia, de conversión y de purificación del cuerpo y del alma, en espera de la resurrección de Cristo en cada uno de ellos.
“El gesto de cubrirse con ceniza significa reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”, se expone en el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia.
Así mismo, la señal de la cruz de la ceniza tiene que ver con una etapa del catecumenado, (pasos de un adulto que recibe el bautismo), en que según san Agustín a los catecúmenos de su iglesia: “Cuando empezaste a creer, recibiste la señal de la cruz” (Serm. 215,5). Cristo empieza así a ejercer su dominio sobre los que quieren seguirle y se establece ya un vínculo con la comunidad que invoca su nombre. Las tareas de esta etapa son: la escucha atenta de la Historia de la Salvación y un irse entrenando en la vida en Cristo: adquirir el hábito de orar, dar testimonio de la fe, tener siempre la expectación de Cristo, seguir en su actuación las inspiraciones de lo alto y ejercitarse en la caridad al prójimo hasta la abnegación de sí mismos. https://www.diocesisdecordoba.com/noticias/que-es-el-catecumenado
Significado de la ceniza
Getty Images
En las sagradas escrituras, la cultura bíblica, denota en las cenizas un signo que expresa la precariedad de la vida; las cenizas son lo último que queda de un órgano viviente, animal o planta, cuando termina su existencia, explica el sacerdote José Luis Colmenares. “Eso significaba el hecho de que, sin Dios, no tenemos vida. Si nos falta Dios, a causa de nuestras propias faltas, entonces somos como ceniza; de ahí la frase bíblica: ‘Acuérdate que eres polvo y en polvo te has de convertir’; es decir, el ser humano, privado del Espíritu es solo materia que, eventualmente, dejará de vivir”, agrega.
LEER MÁS: Miércoles de Ceniza en tiempos de pandemia: ¿Cómo pondrán la cruz?