Fallece Heather Armstrong, la famosa mamá bloguera ¿De qué murió?

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Heather Brooke Armstrong, la bloguera de mamás, conocida como “Dooce”, murió a la edad de 47 años, este martes 9 de mayo de 2023, así lo anuncio su pareja sentimental Pete Ashdown, según Variety.

La escritora de artículos sobre ella en su faceta como madre joven y del cómo vivía día a día la crianza de sus hijos, todas sus luchas personales con el alcoholismo y una depresión que la aquejaba, la llevaron a tomar la fatal decisión de suicidarse, informó The New York Times.

Su novio Pete, confirmó este miércoles 10 de mayo, que la encontró sin vida un día antes en horas de la noche dentro de la casa que compartían en Salt Lake City, junto a sus hijos del primer matrimonio con Jon Armstrong, Leta de 19 años y Marlon de 13 años.

“Heather B. Hamilton (Armstrong) fue una escritora brillante, divertida y compasiva que luchó contra la salud mental y el alcoholismo. Ella salvó muchas vidas a través de su autoría sobre la depresión, pero al final no pudo salvarse a sí misma”, declaró Ashdown en un comunicado a CNN.

“Tuvo una recaída recientemente y eso es lo que realmente la hizo caer en espiral. Estuvo sobria durante más de 18 meses, luego comenzó a volver a estar sobria. Y luego, en el último mes, se puso a toda velocidad”, agregó Ashdown a AP News.

“Era una cariñosa compañera y madre que siempre estaba abierta a una nueva aventura o concierto (…) Al final, su juicio se vio empañado por el alcohol. Era amada y la extrañaremos profundamente”, añadió en declaraciones citadas por El Tiempo.

Además, en su cuenta de Instagram confirmaron la noticia de su fallecimiento con sus más de 56 mil seguidores.

“Heather Brooke Hamilton, también conocida como Heather B. Armstrong, también conocida como Dooce, también conocida como el amor de mi vida. 19 de julio de 1975 – 9 de mayo de 2023. “Se necesita un océano para no romperse”. Mantén a tus seres queridos cerca y ama a todos los demás”.

¿Quién era la famosa bloguera?

De acuerdo con Milenio, Heather se inició como bloguera en el año 2001, alcanzando gran popularidad muy rápidamente, lo que hizo de su pasatiempo una carrera bastante lucrativa.

Sus escritos sinceros sobre el embarazo, lo que vive una madre con sus hijos, los desafíos propios de la vida y la lucha con las relaciones sentimentales hicieron que el auge de su blog creciera enormemente, alcanzando los 8.5 millones de visitantes en el 2009, y unas ganancias por publicidad de 40 mil dólares mensuales.

En ese mismo año, escribió su libro autobiográfico The Valedictorian of Being Dead: The True Story of Dying Ten Times to Live, y se hizo tan popular que apareció en la lista de la revista Forbes como una de las mujeres más influyentes de los medios de comunicación, coronándose como “La reina de las mamas blogueras” por parte The New York Times Magazine. 

También, en ese mismo año, fue invitada especial del show de The Oprah Winfrey, reconocido y afamado programa de los Estados Unidos, por entrevistar a grandes personalidades del mundo, según Milenio.

Una depresión que la llevó a la muerte

De acuerdo con Listin Diario, Heather sufrió depresión crónica durante gran parte de su vida, según su libro. En 2017, después de su separación con el padre de sus hijos, Jon Armstrong, su enfermedad mental empeoró, lo que la condujo a ser internada en el Instituto Neuropsiquiátrico de la Universidad de Utah, en donde fue sometida a un coma inducido químicamente durante 15 minutos a la vez durante 10 sesiones.

“Sentía que la vida no estaba destinada a ser vivida”, dijo Armstrong en una entrevista a Vox. “Cuando estás tan desesperado, intentarás cualquier cosa. Pensé que mis hijos merecían tener una madre sana y feliz, y necesitaba saber que había probado todas las opciones para ser eso para ellos”.

Así mismo , en una de sus publicaciones de Dooce, ella llegó a hablar sobre los sentimientos estremecedores que le produjeron haberle ganado una las batallas a su alcoholismo:

“El 8 de octubre de 2021 celebré seis meses de sobriedad solo en el piso junto a mi cama sintiéndome como un animal herido que quería que lo dejaran solo para morir”, escribió Armstrong. “No hubo nadie en mi vida que pudiera comprender cuán simbólica fue una victoria para mí, aunque… una llena de lágrimas y sollozos tan violentos que en un momento pensé que mi cuerpo se partiría en dos. La pena me sumergió en maremotos de dolor. Durante unas horas me resultó difícil respirar”.

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Ella continuó: “La sobriedad no era un misterio que tenía que resolver. Era simplemente mirar todas mis heridas y aprender a vivir con ellas. No creo que hubiera sobrevivido si no hubiera ofrecido mi historia y me hubiera acercado para superar la soledad”, escribió.

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