Luego de 100 casos reportados sobre recalentamiento de sus teléfonos en Estados Unidos (incluyendo varios incendios expuestos en los medios) Samsung emitió dos ordenes de retiro de su modelo Galaxy Note 7 y detuvo la producción del modelo por completo, pero sus problemas no terminan allí.
Segun Consumerreport-org, la reputación ganada de la firma ahora esta en la cuerda floja y arreglar el desastre causado por este dispositivo no será asunto fácil.
“Es raro que una empresa tenga que volver a anunciar una retirada debido a los mismos problemas de seguridad que originaron el primer retiro”, dijo Scott Wolfson, portavoz de la Comisión de Seguridad de Productos al Consumidor. La escala de la retirada es enorme, así que involucran a 1,9 millones de teléfonos en los EE.UU. por sí solo.
Y es que con todo el movimiento creado por el modelo Top de la firma sur coreana, que implica asumir los gastos y la logística de la retirada del mercado de las unidades, no es difícil preveer que esta crisis corporativa casi sin precedentes, los enfrente a tener que reparar el activo más valioso que tienen: su marca.
Samsung ahora se une a las filas de las grandes compañías que han tenido que luchar, para contener el daño causado cuando uno de sus modelos se convierte en peligroso o genera reacciones negativas en el público.
Sin lugar a dudas, esta será una “prueba de fuego” para la firma que como otras grandes compañías, se las han arreglado para sobrevivir, aunque no siempre logren recuperar su antigua gloria.