Mucho se ha hablado de las políticas antiinmigrantes del presidente Trump. Desde sus comentarios antimexicanos durante la campaña electoral hasta las batallas en los tribunales estadounidenses, la administración ha logrado, poco a poco, limitar el acceso de muchas comunidades inmigrantes.
Sin embargo, los acuerdos internacionales que ha firmado con México y Guatemala son probablemente la mejor y más exitosa parte de la campaña antiinmigrante de Trump.
Primero debemos entender que la ley de migración no ha cambiado. La ley (Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility Act of 1996 o IIRAIRA) tuvo como su base un movimiento xenofóbico e antiinmigrante cuando la Cámara de Representantes fue dominada por los conservadores republicanos y -cabe señalar- apoyada por el Presidente demócrata Bill Clinton. Mucha gente piensa equivocadamente que la administración Trump ha hecho cambios a la Ley IIRAIRA. Por el contrario, a pesar de no poder cambiar la ley lo que la administración ha logrado es encontrar y explotar las obscuras trampas contenidas en la ley actual, interpretándolas para limitar la migración.
Asimismo, la administración ha utilizado ampliamente su poder de interpretación ejecutiva para limitar la migración. A pesar de que la administración intento fallidamente establecer una limitación a ciudadanos de países primordialmente musulmanes (Muslim Ban) un par de veces, en esta tercera ronda, Trump estrena el 2020 (apoyado por una decisión favorable de la Corte Suprema), ampliando su lista para incluir a Eritrea, Kyrgyzstan, Nigeria, Sudan, Myanmar y Tanzania, así como elimina visas para “diversificar la migración”‘ (Diversity Visas) de Tanzania y Sudán.
Sin embargo, lo mas brillante e inverosímil del plan Trump es haber reclutado dos grandes aliados para su lucha: México, a través del nuevo acuerdo migratorio, y Guatemala, a través del nuevo convenio denominado “Acuerdo de Cooperación y Asilo” (ACA).
En Guatemala, dicho acuerdo fue firmado por el gobierno saliente de Morales Cabrera y ha suscitado gran controversia en Guatemala pues no se dieron a conocer ampliamente los detalles del acuerdo. El nuevo gobierno indico que lo está “revisando.” A la fecha, han llegado a ese país centroamericano aproximadamente más de medio centenar de salvadoreños y hondureños vía aérea, deportados de Estados Unidos.
El término “tercer país seguro”, como lo define la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), es un concepto usado para “transferir las responsabilidades del examen de una solicitud de asilo de un país de acogida, a otro que es considerado seguro” para recibirlos mientras se tramita el proceso.
Lo irónico de este acuerdo, es que el mismo reporte de Derechos Humanos del Departamento de Estado de EE.UU., sigue indicando la peligrosidad de Guatemala por un sin fin de razones que van desde la corrupción, violencia generalizada, actividad del crimen organizado y por su falta de sistemas efectivos de administración de justicia.
Asimismo, México endureció su política migratoria para evitar un enfrentamiento comercial con EE.UU, con medidas muy criticadas, tales como el despliegue de militares en las fronteras. Esta medida le ha valido gran crítica al gobierno mexicano dado que el ejército no es una fuerza engendrada o capacitada para patrullar las fronteras del país. Esta función corresponden al Instituto Nacional de Migración (INM).
Por ejemplo, de acuerdo a cifras del INM, México deportó a 106,552 indocumentados en el periodo enero-septiembre de 2019. A raíz del acuerdo, esta cifra se nutrió a partir de junio, mes que batió récords con 21,912 deportados.
México acepto -en otra medida muy controversial- que los centroamericanos esperen en su territorio hasta ser aceptados en Estados Unidos. Lo curioso del caso es que ahora Estados Unidos está considerando enviar a Guatemala a aquellos mexicanos que pidan asilo en Estados Unidos (una cifra de miles), mientras que se decide que sucederá con sus casos.
Esta medidas hacen pensar que, a pesar de que México se opuso a pagar por “el muro,” en la actualidad actúa como la valla más alta para impedir que los centroamericanos (y miembros de otros países que logren llegar a sus territorio), tengan acceso al sistema de asilo estadounidense.
¿Quién es el abogado Salvador Cicero
Hola! soy Salvador Cicero. Ejerzo a nivel nacional como abogado de Migración, Derecho Civil y Negocios. Tengo mi firma The Cicero Vargas Law Firm, P.C. en Chicago Illinois. Soy autor y comentarista en medios como Univisión y Telemundo. Fui diplomático y miembro del Servicio Exterior Mexicano. También fui experto/capacitador de la OEA y fungi como profesor adjunto de derecho.
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