Un abogado de divorcios del estado de Connecticut, identificado como John Liquori, de 59 años, mató a su esposa, quien estaba enferma de COVID-19, y luego se quitó la vida, en un hecho que está siendo investigado por la policía como un caso de homicidio-suicidio.
Según el periódico Hartford Courant, la policía de la ciudad de Hartford informó el martes sobre el caso y aseguró que el hecho ocurrió el 25 de diciembre, en la noche de Navidad.
La esposa del abogado, identificada como Cindy Liquori, de 55 años se encontraba en la casa de su madre, en Windsor Locks y fue allí donde Liquori acabó con su vida.
El periódico El Diario de Nueva York, citando fuentes policiales, agregó que tras matar a su esposa, quien tenía un negocio de elaboración de mascarillas, el hombre se acostó a su lado y allí se suicidó.
Los móviles del crimen siguen desconocidos para las autoridades, según reveló la policía que mencionó que la investigación está en curso.
El hermano de la mujer fue quien encontró los cuerpos en casa de su madre, luego de que el propio abogado lo llamara para que pasara a darle una vuelta a los perros de su suegra que había en ese hogar. La madre de Cindy Liquori se encontraba hospitalizada debido también a complicaciones por el COVID-19, agregó el Hartford Courant.
La suegra fue identificada como Clair R. Palmer, de 77 años.
El diario Journal Inquirer mencionó que el abogado estaba a la espera de conocer los resultados de una prueba de COVID que se había realizado después de que su esposa diera positivo.
El periódico especificó que la causa de la muerte de los Liquori fue por heridas de bala en la cabeza, de acuerdo con el reporte de la oficina forense de Farmington, donde se confirmó que fueron hallados en una cama, uno al lado del otro.
La policía atendió el 25 de diciembre una llamada de emergencia al 911, a eso de las 6:00 pm.
Liquori se desempeñó como abogado durante 32 años y la pareja tenía su residencia oficial en Suffield, donde también tenía su oficina el defensor.
Una amiga de la muejr asesinada, identificada como Sarah Andrews, le dijo al mencionado medio que Cindy era muy generosa con las escuelas de East Windsor.
“Cindy fue extremadamente generosa con nuestra comunidad. Ella donaba artículos de su pequeña empresa todos los años a nuestra subasta Safe Graduation – la subasta recaudó fondos para nuestra fiesta Safe Graduation en junio para nuestros graduados. También donó artículos para las bolsas de regalos que se entregaron a los graduados”, dijo la mujer. “Tenía un gran corazón”.