Si el coronavirus a menudo se transmite al respirar gotitas respiratorias de personas infectadas, entonces es lógico pensar que evitar respirar esas gotitas es clave para no contraer el COVID-19. Una forma de hacerlo, según un nuevo estudio, es mantener los niveles de humedad en ambientes interiores entre un 40 y un 60 por ciento.
Investigadores del Instituto Leibniz de Investigación Troposférica (TROPOS) en Leipzig y el Laboratorio Nacional de Física CSIR en Nueva Delhi, llegaron a esta conclusión después de analizar 10 estudios internacionales que se realizaron entre el 2007 y 2020 que analizaron la tasa de supervivencia de infecciones de coronavirus e influenza, basado en los niveles de humedad en el aire.
Lo que dicen haber descubierto es que “a mayor humedad, las gotas crecen más rápido, caen antes al suelo y pueden ser inhaladas menos por personas sanas”, lo que significa que los virus no se pueden propagarse tan fácilmente en condiciones húmedas.
El nuevo estudio se encuentra entre la evidencia creciente que muestra que el coronavirus puede permanecer en el aire e infectar a las personas que lo inhalan y no solo se transfiere directamente de una persona a otra.
Las nuevas conclusiones hacen eco de los hallazgos de otros investigadores, sin embargo, según el Journal, Nature, las agencias de salud clave como la Organización Mundial de la Salud, han tardado en aceptar esta evidencia o emitir una guía para reflejar que el coronavirus puede permanecer en el aire en ciertos entornos donde puede propagarse, incluso después de que una persona haya abandonado el edificio.
En mayo, la OMS dijo: “En la actualidad, no hay pruebas sólidas que sugieran que un aire acondicionado, ventilación u otro tipo de sistema de control de clima en buen estado contribuya a la transmisión de COVID-19”.
Pero en julio, la OMS cambió un poco su tono, diciendo: “Tenemos que estar abiertos a esta evidencia y comprender sus implicaciones con respecto a los modos de transmisión, y también con respecto a las precauciones que deben tomarse”, según Nature.
Eso fue un día después de que dos investigadores de la Universidad de Oxford Press publicaran un comentario y el respaldo de otros 239 científicos de todo el mundo dijeran que hay mucha evidencia de que el virus se transmite por el aire, pero que no se toman precauciones para interrumpir ese medio de transmisión.
El comentario titulado “Es hora de abordar la transmisión aérea del COVID-19” decía:
“Se entiende que todavía no existe una aceptación universal de la transmisión aérea del SARS-CoV2; pero en nuestra evaluación colectiva hay pruebas de apoyo, más que suficientes, para que se aplique el principio de precaución. Para controlar la pandemia, en espera de la disponibilidad de una vacuna, se deben interrumpir todas las vías de transmisión”.
Nos preocupa que la falta de reconocimiento del riesgo de transmisión aérea del COVID-19 y la falta de recomendaciones claras sobre las medidas de control contra el virus aerotransportado, tengan consecuencias significativas: las personas pueden pensar que están completamente protegidas al adherirse a la actual recomendaciones, pero de hecho, se necesitan intervenciones adicionales en el aire para reducir aún más el riesgo de infección.
Los autores del nuevo estudio instan a la implementación de estándares para la humedad del aire interior en habitaciones donde se congrega mucha gente.
Debido a que los científicos comprenden la forma en que las partículas se ven afectadas por las condiciones del aire, dicen que ignorar este modo de transmisión es un error, especialmente con la llegada del invierno, porque los calentadores, como los acondicionadores de aire, secan el aire.
El Dr. Ajit Ahlawat dijo en el nuevo estudio titulado, Coronavirus SARS-CoV-2 se propaga más en interiores con baja humedad, que “Si la humedad relativa del aire interior está por debajo del 40 por ciento, las partículas emitidas por las personas infectadas absorben menos agua, permanecen más livianas, vuelan más lejos por la habitación y es más probable que sean inhaladas por personas sanas. Además, el aire seco también hace que las membranas mucosas de nuestra nariz se sequen y sean más permeables a los virus”.
La recomendación de los investigadores. “Para contener la pandemia de COVID-19, por lo tanto, es extremadamente importante implementar estándares para la humedad del aire interior en habitaciones con mucha gente, como hospitales, oficinas diáfanas o transporte público”, advirtieron.