Han pasado ya 40 años desde que se dio a conocer el primer reporte oficial sobre la aparición del Sida en el mundo. Y justo este 1 de diciembre de 2021, cuando se conmemora el Día Mundial del Sida, autoridades de salud y líderes alrededor del planeta han dedicado un momento para recordar a quienes a lo largo de los años han muerto de esa enfermedad, mayormente por falta de acceso a servicios médicos.
Y es que, según datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el impacto del Sida en el mundo ha sido tan grande, que desde el comienzo de la epidemia, 79,3 millones de personas han sido infectadas con el virus del VIH y 36,3 millones han muerto. De ellas, 680,000 perdieron la vida el año pasado, lo que sigue siendo muy alarmante.
El organismo mundial agregó con preocupación, que a pesar del esfuerzo que se ha adelantado en diferentes países, el año pasado hubo 1.5 millón de nuevos contagios, elevando el número de personas actualmente infectadas que viven con VIH a 37,7 millones.
En su proclamación sobre el Día Mundial del Sida, el presidente Joe Biden, quien este miércoles ofrecerá un evento en la Casa Blanca para conmemorar la fecha, mencionó con dolor las pérdidas humanas que el mal ha dejado e insistió en que pese a los avances en tratamientos, hay mucho más por hacer.
“Si bien hemos logrado un progreso notable en los 40 años desde el primer caso conocido de SIDA, esta enfermedad sigue siendo un serio desafío de salud pública, y nos unimos a la comunidad internacional para honrar y recordar a más de 36 millones de personas, incluidos 700,000 estadounidenses que han muerto trágicamente por enfermedades relacionadas con el sida desde el inicio de la epidemia”, dijo Biden.
Asimismo, el mandatario estadounidense dio su palabra para garantizar que quienes son portadores del virus, puedan acceder a servicios necesarios para llevar una vida normal.
“Renovamos nuestro compromiso de apoyar a los casi 38 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo mientras perseguimos nuestro objetivo común de poner fin a la epidemia del VIH”, acotó el Presidente.
Y es que aunque al principio de la epidema, ser diagnosticado con VIH era casi una sentencia de muerte, debido a la falta de tratamientos efectivos, con el paso de los años y el avance de la industria farmaceútica, actualmente el VIH es considerada una enfermedad crónica tratable, que con medicamentos puede lograrse que los pacientes tengan una vida relativamente normal. El gran reto es el acceso igualitario a recursos y servicios.
“Durante décadas, el Día Mundial del SIDA ha sido reconocido como una oportunidad para que las personas de todo el mundo se unan en la lucha contra el VIH. Este año, en el Día Mundial del SIDA, estamos enfocados en abordar las inequidades y desigualdades en salud y asegurarnos de que las voces de las personas con VIH estén en el centro de nuestro trabajo para poner fin a la epidemia del VIH a nivel mundial”, concluyó Biden, agregando que la meta de Estados Unidos es acabar con la epidemia del Sida como una amenaza para la salud pública para el 2030.