Con la toma de Kabul por parte de los talibanes, un futuro de miedo y desesperanza se teje sobre las mujeres afganas.
Transcurridos 20 años, tiempo en el cual la comunidad femenina de Afganistán logró reivindicar sus derechos, ahora con los fundamentalistas al poder, de nuevo temen que las leyes restrictivas del islam las releguen a estar presas en sus casas, invisibles socialmente.
De acuerdo con Kienyke.com, en el peor de los escenarios, la mujer podría ser totalmente eliminada de la sociedad, así lo manifestó Farzana Kochai, parlamentaria afgana, en una entrevista con el HuffPost.
“Uno de los escenarios que puede suceder es el siguiente, sería bueno: que no nos impidan ir al colegio, la universidad o tener un trabajo, pero que impongan algún tipo de limitación. El otro escenario es que eliminen por completo a las mujeres de la sociedad, ese es el peor escenario y no puede permitirse”, expresó la parlamentaria de Afganistán.
¿Qué les espera a las afganas?
Según Caracol Noticias, con la llegada de los talibanes al gobierno, mujeres y niñas de Afganistán verán vulnerados todos sus derechos, enfrentándose a vivir de nuevo bajo el cumplimiento estricto de la ley islámica de la sharía, que las somete a una serie de conductas y de reglas morales, catalogadas como misóginas.
Este modo de vida represiva ya lo experimentaron las afganas años atrás entre 1996 y 2001, cuando los talibanes asumieron el poder, ejercieron violencia y opresión sobre esta población por el simple hecho de haber nacido mujeres. Así lo catalogó Amnistía Internacional.
Sin embargo, esta situación cambió desde el momento que los Estados Unidos hizo presencia en el país oriental, luego de los atentados del 11 de septiembre, dándole la oportunidad al pueblo afgano de vivir en democracia y de una manera más occidentalizada.
Las reglas del islam para las mujeres:
Educación y trabajo:
Según CNN Español, los talibanes consideran que las mujeres no deben recibir educación fuera de casa. El aprendizaje está limitado al hogar. Sin embargo, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, esta opción también se restringió, dejando a la población femenina totalmente analfabeta.
Dice este medio, que hubo instituciones educativas que intentaron funcionar de manera secreta, pero que, al ser descubiertas, sus maestras fueron sometidas a castigos físicos y de crueldad.
De esta situación dio cuenta Amnistía Internacional, que recogió de una investigación publicada en 2001 en el ILSA Journal of International & Comparative Law, trayendo el caso de una profesora que insistió en seguir enseñando, y al ser descubierta por el régimen, fue “golpeada con la culata de un rifle y luego asesinada tras recibir un disparo en la cabeza y el estómago. Su muerte fue presenciada por sus alumnos, su marido y su hija”.
Además, a las mujeres se les prohibe desempeñarse laboralmente, salvo en trabajos agrícolas en zonas rurales, y en algunos casos en instalaciones de salud.
Cabe indicar que estas restricciones hicieron de la comunidad femenina una población pobre, de mujeres viudas que se vieron muchas veces obligadas a mendigar o a vender sus pertenencias para poder sobrevivir con sus familias.
La salud:
Las mujeres no pueden ser valoradas por profesionales de la salud de sexo masculino, según informó CNN, los médicos no pueden levantarles el burka ni mirar o tocar el cuerpo a las mujeres. A tal nivel que, por ejemplo, hasta dentistas que trataban mujeres fueron golpeados e incluso enviados a prisión por hacerlo.
De hecho, los talibanes destinaron en 1997 que debía haber hospitales para hombres y otros para mujeres. De igual manera, al personal de enfermeras, se le destinó prestar sus servicios en un solo centro médico de 35 camas dirigido solo a pacientes femeninas. Este establecimiento carecía de todas las condiciones sanitarias y de equipamiento para poder prestar una atención medica de calidad.
La Burka y apariencia física:
Esta prenda fue impuesta por el régimen con el fin de que las mujeres no pudieran ser vistas por los hombres. Las féminas, inclusive las niñas deben ir cubiertas de cabeza a pies. Ni siquiera los tobillos podían estar descubiertos, y los ojos estar ocultos detrás de una malla. El total de la indumentaria no debía ser de colores vistosos que destacaran “un atractivo sexual”.
En cuanto al maquillaje, las ornamentaciones y accesorios como los tacones están totalmente prohibidos. Una mujer debía pasar desapercibida totalmente. Por ejemplo, uno de los castigos por llevar las uñas pintadas, era someter a la mujer a la amputación de sus dedos. Así, quien incumpliera con las reglas era multada y sometida a castigos y golpes.
Otras prohibiciones:
Igualmente estaba prohibido a las afganas el libre desplazamiento. Estas no podían salir de casa sin el acompañamiento de una figura masculina, el ‘mahram’ –guardián varón con parentesco cercano– o su marido. El transporte público también estaba discriminado para mujeres y para hombres, y el acceso a los baños públicos estaba vetado para ellas.
Igualmente, las mujeres afganas no pueden contraer matrimonio con un varón no musulmán, a pesar de que el hombre sí puede casarse con una mujer que no fuera mahometana. Una mujer de este país de llegar a cometer infidelidad era lapidada públicamente.
No podían practicar ningún deporte , y por tanto no tenían acceso a ningún tipo de espacio deportivo. No podían montar bicicleta o moto.
Además, no se les permitía reír, que se escuchara su voz, ni mucho menos asomarse al balcón de sus casas. Ninguna persona extraña podía mirarlas.
En el caso de que tuviera que asistir a un juicio, su testimonio valdría la mitad que el de cualquier hombre. Además, los derechos sobre sus hijos también estaban limitados puesto que la custodia y la manutención de estos le correspondería única y exclusivamente al padre.
Otras conductas castigables son:
• Las mujeres no podían llevar pantalón ni debajo del burka.
• Las mujeres no saldrían en televisión, ni hablarían en radio ni en ninguna reunión pública. Sólo hombres.
• Las mujeres tenían acceso vetado en festividades como el Eid, que marca el fin del mes sagrado musulmán del Ramadán.
• Las mujeres no podían lavar ropa en ríos o plazas públicas.
• Las ventanas debían ser opacas para que las mujeres no fueran vistas desde la calle u otros hogares.
• Respecto al nombre de las calles, no se permitían nombres de mujeres, ni la propia palabra ‘Mujer’.
• Los sastres no podían tomar medidas a mujeres ni coser ropa femenina.
• No se podía fotografiar ni grabar a las mujeres.
• Y, por último, no era permitido publicar imágenes de mujeres en revistas o cualquier forma de publicación ni en cartelería.
De esta manera, este es el panorama que pueden llegar a afrontar las mujeres en Afganistán con la posesión de un nuevo gobierno Talibán. Por eso, miles de mujeres y ciudadanos de la comunidad internacional en general, están haciendo un llamado en poner sus ojos en la situación que atraviesa el país, y solicitan una intervención rápida que evite los desmanes y los atropellos a esta parte de la población.
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