Juan Bravo-Torres, el hombre de Longwood acusado por matar a una de sus hijas y herir a otra a puñaladas, de momento no irá a la audiencia judicial debido a su complejo estado de salud.
Bravo-Torres, de 39 años, debía presentarse el sábado 30 de agosto a la audiencia por el crimen de su hija, de 3 años, y las lesiones infringidas a otra, de 12. Pero el principal sospechoso del ataque se encuentra internado con heridas cortantes en el hospital HCA Florida Lake Monroe.
En el episodio en que hallaron el cadáver de la menor de 3 años, Bravo-Torres resultó gravemente lesionado con heridas de arma blanca. La policía cree que se las autoinfringió para intentar engañar a las autoridades.
El crimen
La menor de tres años fue hallada muerta la semana pasada en el interior de un domicilio de Longwood, en Florida. Tenía varias puñaladas. Su hermana, de 12, había logrado huir. Corrió más de una milla para pedir ayuda. También estaba herida de arma blanca.
Los investigadores creen que la menor de 12 años que logró huir del domicilio, aparentemente por los ataques de su padre, fingió que estaba muerta para dejar de ser atacada.
Los hechos por los que se acusá a Juan Bravo Torres ocurrieron en la madrugada del 21 de julio, alrededor de las 5:40 AM. La policía acudió a una vivienda ubicada en Highland Street. El llamado al 911 fue realizado precisamente por la menor de 12 años que había logrado escapar. Estaba en un local de comidas rápidas. Según les contó a los agentes, había logrado desplazarse una milla con heridas de arma blanca.
Al llegar al domicilio en cuestión, la policía encontró el cadáver de la niña de tres años y a su padre en grave estado por las heridas cortantes que presuntamente se autoinfringió.
Desgarrador testimonio de la sobreviviente
Cuando le preguntaron qué había pasado, la niña de 12 años relató la siguiente historia. Ella estaba durmiendo cuando escuchó que su padre ingresaba en su dormitorio y se arrimaba a su cama.
Creyó que su padre iba a agarrarla del collar, pero no, se acercó a su cuerpo y comenzó a atacarla con un un cuchillo a la altura de la garganta. Tras un forcejeo, la niña fingió que estaba muerta para dejar de ser golpeada.
Al recobrarse vio el cuerpo de su hermanita, de tres años. Estaba tendida sobre el suelo rodeada por un charco de sangre.
“Es increíble que esta niña de 12 años, después de lesionarse en la casa, pudiera caminar casi una milla para pedir ayuda”, dijo el sargento de policía de Longwood, Derek Chenoweth.
“Habla mucho sobre su coraje y lo que se necesitó para escapar del peligro y encontrar ayuda tan rápido como lo hizo. Si ella no hubiera podido hacer eso, quién sabe cuándo habríamos recibido la llamada sobre este incidente”, agregó el policía.
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