Con el Miércoles de Ceniza inician los cuarenta días en los que la Iglesia Católica insta a los feligreses a prepararse para vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo durante Pascua.
Durante la celebración del Miércoles de Ceniza, los católicos acostumbran a recibir una cruz en la frente que es el resultado de las cenizas obtenidas al quemar las palmas que fueron utilizadas durante el Domingo de Ramos pasado.
Los católicos suelen ayunar y recurren a la abstención durante el Miércoles de Ceniza, una tradición que se ha mantenido más vigente que nunca con el pasar de los años.
Versículos que puedes compartir con tus seres queridos por el Miércoles de Ceniza 2022:
Génesis 3:19
“Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás. La ceniza finalmente nos recuerda que somos mortales, que fuimos creados del polvo y a él volveremos por lo cual, debemos aspirar a vivir la resurrección del Señor, como un signo de victoria sobre el mal, el cual no tendría mejor señal para nosotros que la cruz de Cristo”.
Romanos 12:1-2
“Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: Lo que es bueno, aceptable y perfecto”.
Isaías 58:4-6
“He aquí, ayunáis para contiendas y riñas, y para herir con un puño malvado. No ayunéis como hoy, para que se oiga en lo alto vuestra voz. ¿Es ése el ayuno que yo escogí para que un día se humille el hombre?, ¿es acaso para que incline su cabeza como un junco, y para que se acueste en cilicio y ceniza?, ¿llamaréis a esto ayuno y día acepto al SEÑOR?, ¿no es éste el ayuno que yo escogí: desatar las ligaduras de impiedad, soltar las coyundas del yugo, dejar ir libres a los oprimidos, y romper todo yugo?”.
Ezequiel 28:18
“Por la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran”.
II Corintios 5:20–6:2
“Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡Reconciliaos con Dios! A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él. Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Pues dice Él: En el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé. Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el día de salvación”.
Salmo 51:3-6, 12-14, 17
“Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame. Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas. Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu. Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza”.