
El presidente Donald Trump se dispone a poner a prueba los límites de su represión migratoria al invocar una ley de tiempos de guerra para deportar a inmigrantes de Estados Unidos. La Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 podría empezar este lunes 3 de febrero.
El pasado 20 de enero Trump hizo el siguiente anuncio: “Dentro de los 14 días siguientes a la fecha de esta orden, el Fiscal General y el Secretario de Seguridad Nacional tomarán todas las medidas apropiadas, en consulta con el Secretario de Estado, para hacer preparativos operativos con respecto a la implementación de cualquier decisión que tome para invocar a los Enemigos Extranjeros. Ley, 50 U.S.C. 21 et seq., en relación con la existencia de cualquier invasión calificada o incursión depredadora contra el territorio de los Estados Unidos por parte de un actor calificado, y para preparar las instalaciones necesarias para acelerar la expulsión de aquellos que puedan ser designados bajo esta orden”.
Este 3 de febrero se cumplen los 14 días. Lo que quiere decir que Trump podría cumplir hoy mismo su promesa de campaña de utilizar una antigua ley del siglo XVIII para facilitar la deportación de inmigrantes indocumentados, informa Reuters.
¿Quiénes serían deportados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros?
Después de prestar juramento, el presidente dio a las agencias federales hasta el 3 de febrero para prepararse para invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una ley que permitirá que los inmigrantes sospechosos de actividades ilegales sean deportados sin la audiencia judicial que normalmente debe ocurrir primero. Se espera que el uso de la ley, la cual fue utilizada para justificar los campos de internamientos para estadounidenses de ascendencia japonesa en la Segunda Guerra Mundial, enfrente desafíos legales. Se dice que la medida, que seguramente enfrentaría desafíos legales, podría permitirle eludir los derechos al debido proceso y expulsar rápidamente a los inmigrantes.
AhoraMismo va actualizar la nota cuando Trump haga el anunció este lunes 3 de febrero si confirma que a partir de hoy podrá usar mencionada Ley de Enemigos Extranjeros para expulsar más rápido a los inmigrante sospechosos de actividades ilegales.
¿Qué es la Ley de Enemigos Extranjeros?
“La Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 es una autoridad en tiempos de guerra que permite al presidente detener o deportar a los nativos y ciudadanos de una nación enemiga. La ley permite al presidente atacar a estos inmigrantes sin una audiencia y basándose únicamente en su país de nacimiento o ciudadanía. Aunque la ley se promulgó para impedir el espionaje y el sabotaje extranjeros en tiempos de guerra, puede aplicarse (y se ha aplicado) contra inmigrantes que no han hecho nada malo, no han mostrado señales de deslealtad y están presentes legalmente en Estados Unidos. Es una autoridad demasiado amplia que puede violar derechos constitucionales en tiempos de guerra y está sujeta a abusos en tiempos de paz”, informa Brennan Center for Justice.

GettyPrisioneros de guerra rusos en un campo de prisioneros en Polonia durante la Primera Guerra Mundial, alrededor de 1914-1918.
¿Se ha utilizado en el pasado la Ley de Enemigos Extranjeros?
“La Ley de Enemigos Extranjeros ha sido invocada tres veces, cada vez durante un conflicto importante: la Guerra de 1812, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. En la Primera y Segunda Guerra Mundial, la ley fue una autoridad clave detrás de las detenciones, expulsiones y restricciones dirigidas a inmigrantes alemanes, austrohúngaros, japoneses e italianos basándose únicamente en su ascendencia. La ley es más conocida por su papel en el internamiento de japoneses, una parte vergonzosa de la historia de Estados Unidos por la que el Congreso, los presidentes y los tribunales se han disculpado”.