Mientras muchas personas y autoridades en el mundo esperaban que los últimos días del 2021 serían un respiro contra el COVID, en buena parte debido a las altas tasas de vacunación que hay en países como Estados Unidos, la variante ómicron aguó las fiestas, y hoy es materia de preocupación y alarma.
Y pese a que datos iniciales han mostrado que la nueva variante resulta menos grave que otras como Delta, y los efectos que genra entre personas vacunadas no son tan severos, su altísimo nivel de transmisibilidad y el hecho de que todavía hay millones sin vacunarse, la convierten en una verdadera amenaza.
La verdad de la historia es que la cepa ómicron también puede matar a quienes se infecten y no cuenten con protección, e incluso puede ser grave o mortal para aquellos que ya se infectaron, pues se ha comprobado la capacidad de reinfección que posee.
Así lo demuestran varios decesos que se han producido en el mundo, como los 7 fallecimientos en Reino Unido y la muerte registrada en el condado Harris, en Texas, ocurridas mayormente entre pacientes sin la vacuna.
Y queriendo ser una voz clara para que no se caiga en la falsa concepción de que la variante ómicron es inofensiva y que no representa riesgo de muerte, el director de la Organización MUndial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, habló desde Ginebra, donde hizo un llamado a estar precavidos y preparados ante dicha cepa y no subestimarla, pues es mortal.
“La variante Ómicron se está propagando a una velocidad que no habíamos visto antes y nos preocupa que las personas estén considerando esta variante como algo leve. Probablemente hemos aprendido que, si subestimamos al virus, nos vamos a ver dañados”, dijo el funcionario de la OMS, quien sin pretender ser tremendista, pero sí muy realista, incluso pidió reconsiderar las multitudes en Navidad y los festejos en reuniones grandes.
“No cabe duda de que el aumento de la mezcla social durante el periodo de vacaciones en muchos países provocará un aumento de los casos, la saturación de los sistemas sanitarios y más muertes”, dijo Adhanom Gebreyesus, quien lanzó una frase que impactó.
“Es mejor cancelar hoy y celebrar la vida mañana, que celebrar hoy y estar de luto mañana”, advirtió el experto en asuntos de salud mundial.
Precisamente tras los comentarios del jefe de la OMS, se conoció de la primera víctima de ómicrón en Estados Unidos, quien fue un hombre en sus 50 años, no vacunado, y quien se había reinfectado con COVID.