Mujeres internas en una cárcel del Estado de Indiana, en Estados Unidos, presentaron una demanda por violación y agresión sexual por parte de varones privados de la libertad en este mismo establecimiento carcelario, quienes, mediante soborno a un oficial de la guardia, lograron obtener las llaves de ingreso a las celdas de las internas recluidas en el pabellón femenino.
En la semana anterior, más de una docena de reclusas presentaron la demanda civil en contra del ex oficial de la cárcel del condado de Clark, David Lowe, sobre quien alegan vendió en octubre de 2021 la llave del compartimento a su cargo a varios prisioneros a razón de US$1.000 dólares, por cada uno, para que estos cumplieran su cometido.
Según el medio Independent Español, ocho mujeres presentaron una demanda federal de derechos civiles contra Lowe, mientras que el mes pasado se presentó otra demanda en nombre de 20 mujeres, informó el New York Post.
“Numerosos reclusos de sexo masculino utilizaron las llaves obtenidas de Lowe para entrar en los módulos 4(E) y 4(F), donde violaron, agredieron, acosaron, amenazaron e intimidaron a las demandantes en este juicio, y a otras mujeres, durante varias horas, lo que les causó importantes lesiones físicas y emocionales”, según la demanda, citada por el portal Newsweek.
¿Cómo fue el asalto sexual?
En la demanda expuesta por las reclusas, estas denuncian que el 24 de octubre de 2021 vivieron una noche de terror, de amenazas y de abuso sexual, por culpa del mal actuar del oficial David Lowe, y la negligencia del resto de personal de guardia.
Las reclusas señalan que prisioneros irrumpieron en sus celdas con los rostros cubiertos para no ser identificados ni por ellas, ni por las cámaras de seguridad de la penitenciaria, y que seguidamente procedieron a cometer toda clase de maltratos y vejámenes en contra de ellas, de acuerdo con el medio El Universo.
De hecho, este mismo medio, informa que, en el relato de las demandas, las mujeres afirman que alrededor de las 23:30 de la noche del 24 de octubre de ese 2021, dos hombres entraron y amenazaron con matar a las mujeres si intentaban pedir ayuda al personal penitenciario.
Las internas declararon que luego del ingreso de estos primeros hombres, llegaron muchos más, entraron en las celdas, y comenzaron a agarrarlas y a manosearlas a todas, y que les expusieron sus genitales. Algunas de las mujeres se vieron obligadas a esconderse en el baño o en “rincones oscuros” de sus dormitorios.
Las mujeres indicaron que este ataque se prolongó por varias horas, y que por lo menos dos de sus compañeras habían sido asediadas de manera sexual violenta. Las internas, también indicaron que los demás miembros oficiales de la cárcel hicieron caso omiso a lo que estaba sucediendo, y no les prestaron ninguna case de socorro, ni procuraron por restablecer el orden.
“A pesar de que el incidente involucró a varios detenidos masculinos y docenas de víctimas durante un período prolongado de tiempo, ni un solo oficial de la cárcel de turno esa noche se acercó a los demandantes y las otras víctimas”, se expresa en los documentos.
En la denuncia, también se puede leer que, una vez concluido el ataque, las mujeres fueron doblemente victimizadas, al ser sometidas por la guardia al castigo de tener que permanecer durante 72 horas seguidas con las luces encendidas, perdiendo el privilegio de “oscuridad”. Además, de todo lo que tuvieron que pasar, las reclusas fueron encerradas e impedidas a acceder a sus cápsulas, y también les fue confiscados sus bienes, entre ellos mantas, almohadas y artículos de higiene personal.
Es de señalar, que la demanda también se hizo extensiva al sheriff, Jamey Noel, a quien se le adjudicó su responsabilidad en el hecho, al no tener en la penitenciaria, personal idóneo y dotado para formar y supervisar a los oficiales de guardia, y asegurarse de mantener el control y el orden dentro del establecimiento carcelario.
No obstante, el alguacil alegó en su defensa, que este incidente fue “el resultado de las acciones criminales imprevisibles de un oficial penitenciario deshonesto”.
“El individuo en cuestión optó por abandonar su formación, ética y moral y tomó la decisión unilateral de hipotecar su carrera y su futuro al permitir que los reclusos accedieran a las llaves de la cárcel’. Lowe, calificado como el ‘oficial deshonesto’, ha sido acusado de traficar con un recluso, ayudar a escapar a otros y mala conducta oficial, tiene un juicio fijado para noviembre de este año.
De otro lado, en referencia a este suceso, Bart Betteau, abogado en el caso, indico que las autoridades del reclusorio fueron negligentes al no intervenir en defensa de las mujeres, pese a su llamado de auxilio, y ante las imágenes mostradas por las cámaras de video.
“Estas mujeres estaban haciendo todo lo posible para alertar al personal de la cárcel. Estaban golpeando la puerta en busca de ayuda. Estaban presionando el timbre en el interior de la cápsula para alertar al personal de la cárcel”, declaró el litigante en entrevista con el medio 13WTHR.
La defensa, indico a los medios de comunicación que los fallos sistémicos en la penitenciaria permitieron a los agresores tener vía libre para cometer sus fechorías.
“Estos fallos sistémicos permitieron que numerosos asaltantes de sexo masculino tuvieran vía libre en la cárcel durante varias horas, lo que derivó en una noche de terror para las demandantes y otras víctimas”.
Ahora Lowe, quien se encuentra apartado de su cargo, deberá enfrentarse a la acusación por “negligencia en el cumplimiento de su deber” y por realizar “acuerdo con un detenido”.
Mientras tanto, los abogados siguen trabajando en la recolección de pruebas e imágenes de video que documenten lo sucedido en esa noche, para así buscar un juicio justo y una indemnización para las afectadas.
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