Este fin de semana las autoridades rusas reportaron el arresto de un sujeto, señalado de haber cometido actos de canibalismo, lo que ha generado mucho asombro en todo el mundo.
El hombre, quien fue identificado como Yegor Komarov, fue detenido por la policía rusa luego de que el vehículo en el que viajaba con otros dos hombres, se estrellara en la vía, y allí descubrieran el cadáver decapitado de un varón a quien mataron a puñaladas en un garage en San Petesburgo, cuerpo del que comió partes.
Así lo reportó el periódico NY Post, donde se aseguró que en un video de la audiencia de Komarov, el sujeto confesó sus actos caníbales.
“Le eché unas mordidas solo para saber a que sabía”, dijo el joven de 23 años en medio de la diligencia judicial, que puedes ver en este link, donde se le vio pausado y conla mirada perdida.
El arresto del sujeto ocurrió el pasado 20 de noviembre, y días después de logró establecer que la víctima que llevaban en el baúl del carro accidentado era un hombre de Armenia, de 50 años, identificado como Arkad Kazyanin.
El Post mencionó que el canibal ruso también confesó en la audiencia que en septiembre pasado mató a otro hombre y también lo devoró, pero dijo sin mostrar señales de arrepentimiento, que su acto no salió bien, pues la carne de su víctima no “estaba buena”.
El hombre ruso reveló que acabó con la vida de un corredor de 38 años, a quien mató a puñaladas en Leningrado.
En sus descargos mencionó que lo hizo sin ningún motivo real, más allá de querer ver a qué sabía. Y al revelar detalles de lo que hizo con la víctima, aseguró que le arrancó un pedazo de su cuerpo, lo cocinó y se lo comió en casa.
“Pero maté a ese (hombre) en Sosnovka, en vano”, dijo Komarov. “Al final resultó que no sabía sabroso”.
En el interrogatorio, las autoridades le preguntaron también al joven si estaba listo para volverse a comer a alguien, y respondió con calma y honestidad que sí lo haría de nuevo. “¿Tienen algo (para mí)?”, les respondió.
Otro detalle que ha llamado la atención y que muestra el estado mental que tal vez tiene el sujeto, es que en medio de las fotografías que hizo la policía tras su arresto, se aprecia a Yegor Komarov, esposado, mirando fijamente a la cámara, y haciendo con sus dedos el signo de “paz”.